Biografía

Miguel Ubaldo Ignomiriello nació en la ciudad de La Plata el 11 de junio de 1927. Primer nieto de Pascual Ignomiriello, inmigrante italiano de la ciudad de Bari, que había llegado a La Plata en 1890 estimativamente, su abuela era la recordada “Abuela de Estudiantes”. Su padre, un hombre de trabajo, vendía papas en la feria de diagonal 73, en un carrito al que apodó “El Piloto Olímpico”, en honor a Nolo Ferreira.
Hombre del deporte, jugador de rugby en su juventud, Don Miguel participaba asiduamente, con Wanderers, el club de sus amigos, en los desafíos informales que se organizaban en los potreros de la ciudad. Allí lo vio Anibal Díaz, un seleccionador, y lo invitó a trabajar en Gimnasia, no como jugador, sino en la formación y dirección de juveniles.
No le podían pagar, pero le daban un carnet para entrar a la cancha: así, en 1943, con 16 años, consiguió su primer trabajo armando una Pre Novena para el club del Bosque. De allí saldrían varios de los valores campeones de Octava, Quinta, Cuarta y Tercera.
Mientras tanto, Miguel vendía choclos en la calle, como obrero, como administrativo. Y mientras trabajaba, logró terminar la secundaria de noche, y cuando se habilitó un curso de preparación física, en 1950, se anotó. Por entonces dirigía la Reserva de Gimnasia. Ya en 1953, mientras trabajaba como profesor de educación física en las Hermanas Mercedarias de Magdalena, hizo el curso de director técnico en la ciudad de Buenos Aires.
Aníbal Díaz lo llevó a Arsenal de Lavallol, hacia 1960, y tres años más tarde Estudiantes lo fue a buscar: comenzó allí lo que Don Miguel llama “el Quinquenio de Oro”, cinco años donde el club pasó de descender y salvarse por decreto a salir campeón del mundo. En medio, Ignomiriello revolucionó la estructura de juveniles del Pincha, y forjó la recordada Tercera que Mata, categoría subcampeona en 1964 y campeona en 1965, de manera espectacular, de donde salieron 7 jugadores que jugaron en Old Trafford la final del mundo ante Manchester United.
En 1967 dejó Estudiantes y lo llamó Rosario Central, que había sido rival directo de Estudiantes en las inferiores en aquellos años. La convocatoria era para conducir las juveniles, pero apenas arribado Ignomiriello renunció José Minni, el técnico de la Primera, y asumió Don Miguel. Permanecería allí hasta 1969, coronándose cuarto del torneo de 1968 y, sobre todo, forjando la profesionalización del fútbol canalla y formando grandes valores.
Ignomiriello dejó Arroyito tras la salida de la presidencia de Adolfo Boerio, hombre que siempre había defendido el trabajo de Ignomiriello ante las críticas reiteradas de sus pares de comisión directiva. Volvería a Estudiantes en 1971, para conducir la Primera División, y al año siguiente tomó el mando de San Lorenzo. En 1973, pasó a integrar el cuerpo técnico de la Selección Argentina: entrenó al seleccionado sub 20 durante el Torneo Juvenil de Cannes, que culminó invicto el campeonato, mientras colaboraba con el entrenador de la mayor, Omar Sívori. Y todavía hoy se recuerda la preparación de la llamada Selección Fantasma: de cara a un partido de eliminatorias rumbo a la Copa del Mundo de 1974, Argentina necesitaba obtener un triunfo para reacomodarse en la tabla clasificatoria; ante la dificultad de jugar en la altura de La Paz, Ignomiriello armó un equipo con futbolistas jóvenes y poco conocidos, a excepción de Aldo Poy, a quien había entrenado en Central, concentrándolos durante un mes y medio entre La Quiaca y Cuzco, con el objetivo de que logren aclimatarse a la altura. El 23 de septiembre de 1973, Argentina, dirigido en dupla técnica por Sívori e Ignomiriello, enfrentó a su similar de Bolivia en el Estadio Hernando Siles y lo derrotó 1-0 con gol de Oscar Fornari. Este triunfo dejó a las puertas de la clasificación a los albicelestes.
Tras aquel paso por la Selección Ignomiriello llegó a Nacional de Uruguay en 1974, contratado para formar futbolistas que nutrieran a la Primera en los años siguientes. En 1976 retornó a Argentina, entrenando primero a Independiente en la Copa Libertadores, y luego a Atlético Tucumán durante el Nacional de ese año. Emigró al fútbol boliviano para dirigir a Bolívar, con el que también afrontó el torneo continental, y tuvo un paso por la Selección de Ecuador en 1981. Siguió en actividad hasta entrado el siglo XXI.
